9:18 PM Edit This 1 Comment »
Confieso que a veces envidio al príncipe William. Lo envidio por ejemplo cuando se disfraza de Jockey y juega partidos de polo en la campiña inglesa o cuando asiste, impecable, a eventos en galerías de arte. Otras veces, al contrario, no lo envidio cuando protagoniza escándalos mediáticos, cuando pelea con paparazzis o cuando sus cachetes se ponen demasiado rojos por el frío (no sabré yo de eso, es como desagradable). Pero hoy, hoy no lo envidio por ser el heredero al trono más importante, rico y guapo sobre el planeta... lo envidio porque está más cerca que yo de un árbol que me eligió.


Y así comienza...

1 comments:

Anonymous said...

que maravilla el internet gratuito en los aeropuertos gringos.... estoy haciendo escala y no tengo palabras... ¡¡¡GRACIAS!!!
me reporto pronto...