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Estoy harta de pensar en Demetrio Macías. No es que no me guste su guerrera existencia ni que me molesten sus actitudes barbáricas y filisteas. No es que no soporte su fisionomía indígena, su aire desenfrenado y su energía revolucionaria. Simplemente es que no quiero escribir sobre él. No quiero pensarlo ni analizarlo. No quiero saber por qué lucha si ni siquiera él lo sabe. Tengo miedo de darme cuenta de que Demetrio Macías me asusta. Su explosión irracional de testosterona, su lucha automática, impensada, injustificada, eterna y necesaria entran aterrante y estrepitosamente en mi mundo iluminado, tranquilo y seco. Seco y seguro. Como el de una aspirina; blanca, pequeña, en un lugar cerrado, tranquilo, seco y seguro. No se deje al alcance de los niños.

Imagen de Ztephania OZ en Deviantart

1 comments:

humantree said...

Guácalaaaaaaaa... no me gusta Los de Abajo, pero qué maravilla de post. Que pronto salga de tu cabeza y saludos al Güero Margarito.
Abrazos de árbol de manzanas.